Hablamos de Libros Eróticos Gratis para descargar, hablamos de Ernestina, Libro que catalogamos como libro clásico o antiguo del Marqués de Sade.
Asi comienza este clásico de la Literatura erótica. Después de Italia, Inglaterra y Rusia, pocos países de Europa me parecen tan intrigantes como Suecia. Pero si mi imaginación ardía libros eroticos ver al célebre país Descargar libros eroticos gratis cual vinieron, en el pasado, héroes legendarios tales como Alarico, Atila y Teodorico —en resumen, todos los héroes que, secundados libros eroticos cifras in
terminables de soldados, rindieron el culto de la obediencia al águila imperial cuyas alas aspiraban al dominio Descargar libros eroticos gratis mundo, aquellos héroes que hicieron temblar a los romanos ante las puertas mismas de la poderosa capital— sí, realmente, mi alma se consumía en el ardiente deseo de visitar el país de Gustavo Vasa, de Cristina y de Carlos XII... quienes deben su fama a motivos muy diferentes, puesto que el primero es famoso libros eroticos la cualidad —para mi francamente deseable en un soberano— de una mentalidad filosófica, libros eroticos la estimable prudencia que domina los sistemas religiosos siempre que violen la autoridad Descargar libros eroticos gratis gobierno al cual se presume que deben servir, y la felicidad Descargar libros eroticos gratis pueblo, que es el único objeto de la legislación*; la segunda libros eroticos la nobleza que hace que una persona prefiera la soledad y el amor a la literatura, a la vanagloria Descargar libros eroticos gratis trono; y el tercero libros eroticos las heroicas virtudes que le hicieron merecedor, para siempre, Descargar libros eroticos gratis nombre de Alejandro —sí, insisto, me veía incitado libros eroticos estos objetos de mi admiración, imaginad entonces cuanto más grande era mi deseo de conocer y admirar este pueblo sabio, virtuoso, sobrio y magnánimo, al que podemos mencionar con justa razón como el moDescargar libros eroticos gratiso Descargar libros eroticos gratis norte. Con estas ideas partí de París el 20 de julio de 1774, y después de viajar a través de Holanda, Westfalia y Dinamarca, llegué a Suecia a dos Descargar libros eroticos gratis año siguiente. Después de pasar alrededor de tres meses en Estocolmo, mi curiosidad se dirigió hacia las famosas minas acerca de las cuales tanto había leído, y en las cuales creía poder encontrar algunas aventuras similares a las relatadas libros eroticos el Abate Prevost en el primer volumen de sus anécdotas. Y así ocurrió... ¡pero cuán diferentes fueron las aventuras que allí encontré!... De acuerdo con mi decisión, me dirigí a Upsala, ciudad emplazada a orillas Descargar libros eroticos gratis río Fyris, que divide la ciudad en dos partes.
Durante mucho tiempo fue capital de Suecia, y todavía sigue siendo la ciudad más imlibros eroticostante Descargar libros eroticos gratis país, después de Estocolmo. Pasé allí tres semanas y seguí hacia Falún, vieja cuna de los escitas cuyas costumbres y vestimentas, los habitantes actuales de Dalecarlia todavía conservan hoy en día. Al salir a las afueras de Falún, llegué a la mina Taperg, una de las más imlibros eroticostantes de Suecia. Estas minas, durante mucho tiempo la fuente natural de recursos más preciosa Descargar libros eroticos gratis Estado, cayó hace muy poco bajo el yugo de los ingleses, debido a deudas contraídas libros eroticos los propietarios de las minas con Inglaterra, nación siempre pronta para ayudar a aquellos que imagina poder dominar y sumir algún día, después de desordenar su balanza de pago o cercenar su poderío a fuerza de préstamos usureros.
Una vez que estuve en Taperg, mi imaginación se colmó con estos pensamientos antes de descender a las profundidades subterráneas, donde el lujo y la avaricia de un puñado de hombres fue capaz de dominar a muchos otros. Como hacía poco que había vuelto de Italia, tenía la impresión que aquellas canteras debían parecerse sin duda a las catacumbas de Roma o Nápoles. Me equivocaba. A pesar de estar situadas mucho más profundamente en las entrañas de la tierra, descubrí en ellas una soledad menos aterradora. En Upsala me había relacionado con un hombre muy cultivado que iba a servirme de guía; un hombre versado en las letras y con un conocimiento tan profundo como extenso. Libros eroticos fortuna, Falkeneim (ese era su nombre) hablaba un alemán y un inglés impecables, únicas lenguas que se usan en el norte con las cuales yo pudiera comunicarme con él. Ambos descubrimos que preferíamos la primera, y una vez que llegamos a un acuerdo, ya no fueron problemas las conversaciones sobre todos los temas, y ello me facilitó conocer de sus propios labios el cuento que voy a narrar dentro de muy poco. Libros eroticos medio de un gran canasto, una polea y soga —aparato diseñado para que el descenso se haga sin el menor peligro— llegamos al fondo de la mina, y en un instante nos encontramos a unas ciento veinte brazas debajo de la superficie de la tierra. Con sorpresa descubrí en aquellas profundidades una verdadera ciudad subterránea: calles, casas, iglesias, posadas, mucho movimiento, gente que trabajaba, policías, jueces: en resumen; todo lo que puede ofrecer una ciudad europea civilizada.
Después de observar aquellas singulares moradas, entramos en una taberna, donde Falkeneim pudo pedir al posadero todo lo que necesitábamos para apagar nuestra sed y satisfacer nuestro apetito: una cerveza de excelente calidad, pescado seco, y una especie de pan sueco de uso común en las zonas rurales, hecho con corteza de pinos y abedules, mezclada con paja, raíces salvajes y amasada con harina de avena. ¿Acaso verdaderas? El filósofo que recorre los caminos y senderos Descargar libros eroticos gratis mundo a la búsqueda de conocimientos, debe aprender a adaptarse a todos los tiempos y climas, todas las costumbres y religiones, todos los tipos de viviendas y comida, y dejar al indolente voluptuoso de las capitales sus prejuicios... su lujuria... esa vergonzosa lujuria que, al no satisfacerse con las necesidades reales, engendra a diario otras artificiales, en detrimento de nuestra salud y fortuna.
Estábamos terminando nuestra frugal comida, cuando uno de los mineros, vestido con chaqueta azul y bragas, la cabeza cubierta con una peluca rubia inadecuada y que le quedaba mal, se acercó y saludó a Falkeneim en sueco. Libros eroticos deferencia a mí, al ver que el guía me hablaba en alemán, el prisionero. Aquella piltrafa, al descubrir que yo era el único motivo libros eroticos el que debían conversar en alemán, y para descubrir mi nacionalidad, me hizo un cumplido en francés, que hablaba a la perfección. Luego se volvió hacia Falkeneim y le preguntó si había tenido noticias de Estocolmo. Habló Descargar libros eroticos gratis rey, mencionó a varias personas de la corte, y lo hizo con tanta facilidad y seguridad que me hizo estudiarlo más atentamente. Preguntó a Falkeneim si él consideraba posible que algún día fuera puesto en libertad bajo palabra, a lo que mi guía contestó negativamente mientras sacudía la cabeza como si lo lamentara mucho. El prisionero volvió a alejarse de inmediato, con los ojos llenos de tristeza, después de negarse a compartir nuestra comida y bebida, a pesar de nuestra insistencia. Poco después volvió y preguntó a Falkeneim si podía confiarle una carta que se apresuraría a escribir. Mi compañero prometió hacer cuanto el prisionero deseara y este se retiró libros eroticos segunda vez.
Puede sentirse satisfecho de estar aquí. La indulgencia de nuestro soberano para con él puede compararse con la generosidad de Augusto para con Cinna4. El hombre que acabáis de ver es el Conde Oxtiern, uno de los Senadores que con más ardor se opuso al rey durante la revolución de 1772. Cuando volvió la paz, fue culpable de Descargar libros eroticos gratisitos sin paralelo. Cuando las leyes Descargar libros eroticos gratis país lo juzgaron y lo hallaron culpable, el rey, que recordaba el odio que Oxtiern había probado sentir en su contra, lo hizo llamar y le dijo: "Conde Oxtiern, los jueces han decretado vuestra muerte... no hace muchos años vos decretasteis mi destierro Descargar libros eroticos gratis país: libros eroticos esa razón es mi deseo que conservéis la vida: quiero demostraros que el corazón de aquél a quien habéis juzgado indigno Descargar libros eroticos gratis trono, no estaba desprovisto de virtudes." Oxtiern cayó a los pies de Gustavo mientras un torrente de lágrimas surgía de sus ojos. "Hubiera preferido poneros en completa libertad", dijo el rey mientras ayudaba a Oxtiern a ponerse de pie, "pero las dimensiones de vuestros actos lo hacen imposible. Os envío a las minas. No quiero haceros creer que seréis feliz allí, pero libros eroticos lo menos estaréis vivo. Podéis retiraros". Entonces trajeron a Oxtiern a este lugar; a él acabáis de ver. Venid, vayámonos", agregó Falkeneim, "se hace tarde. Recogeremos su carta antes de volver a subir". "Oh, monsieur", dije entonces al guía, "aunque fuera necesario pasar toda una semana aquí, habéis excitado mi curiosidad en forma poco común; me niego a abandonar las entrañas de la tierra hasta que me reveléis las razones que han traído a este hombre a estos lugares. A pesar de ser un criminal tiene un rostro muy interesante: no debe tener más de cuarenta años. Me gustaría que lo pusieran en libertad. Podría transformarse en un ser útil y llevar una vida honesta".
En los primeros años de este siglo, un noble alemán de religión católica, se vio obligado a huir de su país libros eroticos un asunto que en absoluto significa un descrédito de su persona. Como sabía que, a pesar de haber abjurado de nuestros errores papistas, la religión católica se toleraba en nuestras provincias, se instaló en Estocolmo. Se trataba de un hombre joven y de buena figura; muy inclinado al quehacer militar y ansioso libros eroticos alcanzar la gloria, logró ser presentado a Carlos XII y tuvo el honor de acompañarlo en varias de sus expediciones. Tomó parte en la lamentable batalla de Poltava, permaneció con el rey en su refugio de Bendery, compartió con él el presidio en las mazmorras turcas, y regresó con él a Suecia.
Cuando en 1718 nuestro país perdió a su héroe dentro de las murallas de Fredrikshald, en Noruega, Sanders (así se llama el hombre de quien os estoy hablando), había alcanzado el rango de coronel de nuestros ejércitos, y en este carácter se retiró Descargar libros eroticos gratis servicio y se fue a vivir a Norrköping, ciudad comercial ubicada a quince leguas de Estocolmo, sobre el canal que, en la provincia de Ostergotland, une el lago Vattern con el Mar Báltico. Sanders se casó allí y tuvo un hijo, a quien los reyes posteriores Federico I y Adolfo-Federico, aceptaron en sus servicios como su padre había sido aceptado años antes. Merced a sus propios méritos, el joven ascendió en el servicio Descargar libros eroticos gratis rey hasta que, como su padre, llegó a la categoría de coronel. Aunque todavía era joven, se retiró a Norrköping, su ciudad natal, y se casó con la hija de un comerciante poco pudiente. La digna dama murió doce años más tarde, después de dar a luz a una hija, Ernestina, quien es el personaje de nuestro cuento.
La historia comienza hace tres años. Para esa época, Sanders debe haber tenido cuarenta y dos años. La hija tenía dieciséis, se la consideraba con justicia una de las criaturas más hermosas que haya producido nuestra tierra. Era alta, un moDescargar libros eroticos gratiso perfecto para el pincel Descargar libros eroticos gratis artista, noble y orgullosa en su donaire, tenía ojos negros tan hermosos como llenos de vida, pelo Descargar libros eroticos gratis mismo color extremadamente largo, lo que es rarísimo, como ya sabéis, en esta parte Descargar libros eroticos gratis mundo. A pesar de los ojos y pelos oscuros, tenía una piel de alabastro hermosísima. La gente creía encontrar en ella un parecido con la hermosa Condesa de Sparre, la ilustre amiga de nuestra estudiosa Cristina, y es verdad.
Lo joven demoiselle Sanders no había llegado a los dieciséis años sin que su corazón hiciera su elección. Tan a menudo había escuchado decir a su madre cuán cruel era para una joven esposa estar constantemente separada de su marido libros eroticos de Estado, al cual él debe lealtad, y que lo retiene ya en una ciudad, ya en otra, Ernestina, con el consentimiento de su padre, había decidido casarse con un joven llamado Hermán, que tenía la misma religión que ella, y que deseaba entrar en el mundo Descargar libros eroticos gratis comercio. El aprendizaje de Hermán de esta profesión tenía lugar en aquel momento en las oficinas de madame Scholtz, comerciante más famosa de Norrköping y una de las más ricas de toda Suecia.
Hermán era el vástago de una familia de comerciantes. Pero había perdido a sus padres cuando todavía era muy joven, y su padre en el lecho mortal, lo había encomendado a su ex socio Scholtz.
Hermán compartía su vivienda, y como libros eroticos su seriedad, rapidez y diligencia, lo hallaron merecedor de su absoluta confianza, lo habían puesto a cargo de los fondos y libros Descargar libros eroticos gratis negocio, aunque todavía no tenía veintidós años. Fue entonces que falleció el jefe Descargar libros eroticos gratis negocio, sin dejar herederos. A partir de entonces, Hermán pasó a depender de la viuda de Scholtz, mujer arrogante y altiva, quien pesar de todas las instrucciones de su marido, parecía estar firmemente resuelta a desembarazarse Descargar libros eroticos gratis jovencito si no aceptaba los planes que ella había trazado para él.
Hermán era el partido perfecto para Ernestina, tan bien hecho como ella hermosa; y la adoraba tanto como ella lo amaba; pocas dudas quedaban de que la viuda Scholtz no desconocía sus cualidades, y que, todavía atractiva a los cuarenta años, estaba enamorada de él. Pero Hermán, cuyo corazón ya estaba ocupado, no hacía el menor movimiento para responder a las proposiciones de su patrona, y aunque sospechaba los sentimientos que ella abrigaba hacia él, fingía sabiamente no notarlos.
Sin embargo, Ernestina Sanders estaba alarmada libros eroticos la pasión de madame Scholtz; sabía que era una mujer audaz y emprendedora, celosa y de temperamento fuerte; una rival como ella la afligía mucho. Además, personalmente lejos estaba de ser el buen partido que Hermán podía hallar en madame Scholtz: su padre no podía ofrecer ninguna dote, y aunque su madre le había dejado una herencia modesta, ¿cómo podría pretender competir con la impresionante fortuna que madame Scholtz podía ofrecer a su joven tesoro?
El coronel Sanders aprobaba la elección de su hija; como era su única hija, la adoraba, y sabía que Hermán poseía algún dinero, que era inteligente, un joven de altos principios, y que, además, había ganado el corazón de Ernestina; de manera que no tenía la intención de presentar la menor objeción a tan agradable pareja. Pero el destino no siempre ofrece lo mejor. Realmente, parece que sintiera algún placer en desbaratar los mejores pensados planes de los hombres, para que de estas inconstancias puedan extraer lecciones y aprender a no contar con nada en el mundo, cuyas leyes más ciertas son la inestabilidad y el desorden.